A cualquier persona, no solo al que prefiere el buen hielo para sus preparaciones, le fascina ver la perfección, la transparencia del hielo fabricado de la forma más delicada posible. Pero hacer cubos de hielo perfectos no es fácil. Requiere una metodología, un esfuerzo especial.
En ITV Ice Makers, hemos estado siempre comprometidos a crear máquinas de hacer hielo que fabriquen un producto apto para los más exigente. Sin embargo, para aquellos que están en casa y no cuentan con una de nuestras máquinas, este tipo de hielo sigue estando al alcance.
En las siguientes líneas, hablaremos sobre cómo hacer cubos de hielo perfectos sin morir en el intento.
Un Arte Envidiable
Antes de empezar con el procedimiento, hay que dejar clara una cosa: no es fácil hacer cubos de hielo perfectos. Si bien es cierto, conseguir ese acabado totalmente cristalino, como si del agua misma se tratase, no es una ciencia imposible de dominar. Lo que si es cierto es que debemos ser pacientes y dedicarle algo de tiempo al proceso.
Al final no solo habremos hecho un hielo de apariencia pura y absolutamente limpia, sino también un cubito que no alterará de forma alguna la bebida o preparación gastronómica que vayamos a disfrutar.
Agua Pura es la Prioridad
Ahora, empezamos con el proceso. El primer paso para hacer cubos de hielo perfectos sea cual sea el método, es utilizar agua 100 porciento pura. Para lograr este cometido, hay que elegir el agua apropiada y hervirla dos veces.
El agua embotellada filtrada y el agua purificada por osmosis inversa son dos opciones muy válidas en cuanto el agua a utilizar. Sea cual sea el caso, el agua no debe tener residuos minerales ni otros elementos que afecten su composición.
Ya elegida el agua, pasamos a hervirla dos veces. Esto se hace para poder eliminar las burbujas de agua que se pasean por el líquido. La presencia de las burbujas hace más difícil que las moléculas de agua se adhieran durante el proceso de congelación, por lo que eliminarlas hace posible los resultados que buscamos.
El proceso de hervido consiste en hervir el agua una vez y dejar que esta se enfríe de forma natural, fuera del congelador. Una vez a temperatura ambiente, volver a hervirla.
Protege el Proceso
Los elementos ambientales juegan un rol de gran importancia durante el proceso. En el aire, es normal que floten moléculas de todo tipo. El polvo es una constante, el cual se posa en nuestra comida y nuestra bebida sin que nos demos cuenta. Esto sucede también cuando intentamos hacer hielo.
Primero, mientras esperamos que el agua hervida se enfríe, debemos protegerle de este polvo. Luego, al momento de verter el agua en las bandejas que irán dentro del congelador, también hay que protegerle del polvo, presente de igual forma dentro del refrigerador.
En ambos escenarios, la mejor forma de hacer esto es utilizando envolturas de plástico y ajustándolas de forma perfecta para que el aire no entre ni salga. Solo así mantendremos el hielo limpio de estas impurezas.
Alternativa con Congelamiento Lento
Una alternativa, en caso de que no queramos hervir el agua dos veces, o siquiera una vez, es empleando el congelamiento lento. Congelar el agua de forma lenta causa que el gas y las impurezas salgan del líquido de forma natural.
Colocando el agua en la bandeja o cubeta seleccionada para la labor, debemos ajustar la temperatura deseada para el congelador. El punto adecuado es -1º Celsius, lo que es justo por debajo del punto de congelación. Esto nos permitirá extender el proceso a 24 horas, dando el tiempo necesario para que ocurra esta purificación natural.