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Lo hemos visto en escenas de películas, en series e incluso en la vida real. Dependiendo de las circunstancias puede ser solo un susto de un momento, o puede convertirse en algo realmente doloroso. La pregunta es: ¿Por qué la lengua y la piel se quedan pegadas al hielo? Hoy resolvemos esa eterna duda en el blog de ITV-Ice Makers.

Si te ha pasado en la calle, en una farola, o con un bloque de hielo, la experiencia puede ser desagradable. No obstante, lo más normal es que la sensación de que la lengua se te pegue al hielo te haya pasado en casa o en un restaurante con los cubitos de una bebida. Incluso puede darse con la propia mano en el momento de servir los hielos. La misma piel puede hacer de adhesivo temporal.

Esto se produce porque, normalmente, nuestra piel tiene una fina e imperceptible capa de vapor de agua, que es producto de la humedad del ambiente y de la sudoración, y esta es la responsable de dejarnos pegados al hielo. En el caso de la lengua, la humedad es producida por la salivación. Para suavizar este problema, lo mejor es contar con las máquinas de última tecnología que produce ITV-Ice Makers y evitar el uso del congelador habitual de la nevera.

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Siempre es el hielo seco el que no deja pegados a él. El ejemplo clásico es un helado o un cubito que sacamos de un congelador casero y que se encuentra a -18°C y en un ambiente muy seco. Al ponerlo en contacto rápidamente con nuestra piel, que está a 37°C, la capa de agua y vapor se congelan instantánea y brevemente, que es lo que nos deja pegados. Posteriormente la temperatura ambiente y de nuestra piel hace que se derrita el hielo y así nos despegamos.

En caso de urgencia y de que esto suceda en una ambiente más frío y la lengua o la piel no se terminen de despegar, estos son los pasos a seguir:

1. Con suavidad intenta despegarla después de esperar un rato a que la temperatura se equilibre.

2. Si no logra soltarse, se puede derramar agua tibia para que no se congele. .

3. Si lo anterior no es posible por el frío exterior, busca la forma de producir calor: un pañuelo, una tela, unos guantes o cubriendo las manos con las mangas. Después frota cerca de la lengua para calentarlo y lograr así derretir el hielo.

4. Si has estado mucho tiempo pegado, consulta a tu farmacia o médico cercano por los posibles daños en la epidermis.

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