Se acerca el verano y las dietas milagrosas para hacer una operación bikini express empiezan a proliferar en todos lados. Cada año son más curiosas y raras. Unas funcionan mejor, otras son simplemente mentira. Desde ITV-Ice Makers siempre nos gusta ir de la mano de los valores del deporte y del ritmo de vida sana. Es la mejor formar de evitar dietas radicales que nuestro cuerpo puede pagar.
Ahora bien, si hay una dieta de la que os podemos hablar con conocimiento, esa es la ‘milagrosa’ dieta del hielo. Y lo entrecomillamos porque no os queremos hacer ilusiones, simplemente daros los argumentos que justifican su efectividad para que seáis vosotros mismos los que valoréis si se trata de otra dieta trampa, o de si estamos ante una realidad emergente.
¿En qué consiste? ¿Funciona?
Es de sobra conocido que beber mucha agua, además de saludable, ayuda a bajar de peso. Pero ese efecto se puede reforzar, según esta teoría, tomando cubitos de hielo. ¿Será verdad? Según su creador, el gastroenterólogo Brian Weiner, si. Aunque evidentemente no es una fuente objetiva.
Básicamente se trata de no eliminar ningún alimento de la dieta, solo llevar una alimentación saludable, sumar el ejercicio físico con normalidad, y añadir este curioso hábito de comer hielo. ¿Cuánto comer? Según su teoría, alrededor de un litro.
¿Cómo reacciona el cuerpo ante el hielo? En palabras de este experto que asegura haber perdido 22 kilos con su propia dieta, la clave está en que al meter frío dentro de nuestro organismo, el cuerpo usa sus calorías para equilibrar la temperatura del cuerpo. De esta forma, lo que hacemos es quemar calorías. Hasta 160 kcal extras cada día, que es lo que quemaríamos al correr 1,6 kilómetros. Así de simple.
Un efecto similar, aunque en menor escala, también lo produciría el tomar alimentos fríos. ¿Y cómo incluir el hielo en la dieta? Una opción es tomar postres como granizados, en lugar de los postres de siempre.
Seguidores y detractores
Eso sí, como todas la dietas, tiene sus seguidores y sus detractores dentro del propio ámbito de la salud. El autor del libro ‘The Ice Diet’ asegura que comer hielo no es malo para el cuerpo, al tiempo que aumenta la sensación de saciedad, con lo que comeremos menos. Además, indica que no se trata de comer solo hielo sino de añadirlo a la dieta comiendo cada día un litro de hielo picado o triturado, como si de un granizado se tratara.
En ese sentido, Weiner asegura que si quema un extra de 160 calorías al día, y se necesitan alrededor de 3.500 calorías para perder medio kilo, bastaría con comer un litro de hielo al día durante un mes para conseguir esa pérdida de peso.
En la creciente fama de esta dieta también ha influido el hecho de que algunos famosos la hayan promocionado. Ya en 2010 se dio a conocer que Renée Zellwegger, la protagonista de “El diario de Bridget Jones”, comía cubitos de hielo para calmar la ansiedad y así no picotear alimentos entre horas.
Por otro lado, como detractores, están aquellos que aseguran que este «mito dietético» no tiene base científica y es difícil de que el efecto sea visible en cualquier persona. Además, desde el gremio de los dentistas ya han avisado de que comiendo hielo de forma tan frecuente se daña gravemente el esmalte de los dientes. Y eso conduce a la rotura y daños en las obturaciones y coronas.
También especialistas en dietética y nutrición como la doctora Elisa Zied consideran que basar nuestra dieta en la ingesta de hielo “podría no ser la forma más inteligente de perder peso”. Zied reconoce que beber agua sirve para adelgazar –cuidando no excedernos y volvernos agualcoholicos–, pero como en muchas dietas milagro, podría tratarse de un remedio cortoplacista, pues a pesar de perder unos kilos en poco tiempo se recuperaría rápidamente en cuanto uno dejase de consumir la cantidad necesaria de agua congelada o hielo picado.
Estos son todos los argumentos en contra y a favor de esta curiosa fórmula para bajar peso… ¿te ha convencido la dieta del hielo? Desde ITV-Ice Makers te recordamos que la mejor manera de bajar esos kilos de más es hacerlo de manera progresiva, y sin eliminar de nuestra dieta nutrientes esenciales.