Cuando compramos alimentos y no los vamos a gastar en el momento, o han sobrado después de cocinarlos y no queremos tirarlos, lo más habitual es meterlos en el congelador, bien envasados, para que se mantengan lo mejor posible para su próximo uso.
La conservación de alimentos en frío es muy habitual, sobre todo en casas particulares, pero… ¿se realiza en todos los casos el mismo proceso? ¿Es conveniente hacerlo como lo estás haciendo hasta ahora?
Vamos a comprobarlo.
La historia de la conservación de los alimentos en frío
Este método se ha utilizado siempre, desde los inicios de la humanidad; antes con nieve y hielo, ahora con frigoríficos y congeladores.
Existen dos tipos de conservación de los alimentos a temperaturas bajas: la refrigeración y la congelación.
El método de refrigeración
Este método consiste en exponer a los alimentos a temperaturas cercanas a los 0 grados centígrados, lo cual paraliza el crecimiento microbiano y consigue que los alimentos conserven sus nutrientes y propiedades durante más tiempo, sin que se estropeen.
Otra parte importante en este método es el envase donde está almacenado el alimento. No es lo mismo que se guarden los alimentos en un recipiente de plástico o de cristal.
También, mediante la refrigeración, se ralentizan los procesos químicos, pero es necesario tener en cuenta que cada alimento tiene unos procesos químicos distintos, por lo que el tiempo de refrigeración de cada uno será distinto en cuanto a tiempo.
El método de congelación
La idea de elegir el método de congelación suele ser para conservar los alimentos durante más tiempo, ya que, este método, congela el agua de los alimentos formando cristales de hielo que mantienen la degradación química y microbiana.
Este proceso se realiza con temperaturas inferiores a -15 grados centígrados.
La mejor opción que puedes tomar si estás pensando en congelar un producto es comprar ya congelado y bien empaquetado, para que su forma se mantenga y se generen cristales grandes, que siempre son mejores que los pequeños, los cuales se forman cuando el producto está fresco y lo congelamos.
El proceso de descongelación
Es igual de importante saber congelar correctamente un producto como descongelarlo. Por ello, hay una serie de tips o consejos a seguir para descongelar correctamente un producto.
Descongelar con la nevera
Para descongelar en la nevera algún alimento, debes tener en cuenta varias cosas:
- Que la temperatura esté a en torno a 5 grados centígrados
- Colocar un plato bajo los alimentos para evitar el goteo
- Puede tardar hasta 24 horas en finalizar el proceso de descongelación. En el caso de que la temperatura de la nevera sea inferior, este proceso podrá durar más tiempo.
- El producto a descongelar debe consumirse una vez este proceso finalice, antes de que empiecen a crecer las bacterias.
Descongelar en el microondas
Una de las opciones más rápidas y más utilizadas en casa, aunque no siempre se realiza correctamente, es el uso del microondas para descongelar. Introduce el alimento en cuestión, deja espacio entre las paredes para que el aire fluya bien y, si es posible, corta el alimento en trozos más pequeños y separarlos para que se calienten antes.
Descongelar en agua fría
Este proceso es algo más lento, pero igual de efectivo. El alimento en cuestión debe estar herméticamente cerrado para que no entre en contacto con el agua e introducirlo en un cuenco. Esta debe cambiarse cada media hora.
Es necesario remarcar que, en todos los métodos de descongelación, los alimentos deben consumirse una vez finaliza el proceso, y menos todavía volverlos a congelar.
Después de leer el artículo, ¿implementas bien los métodos de conservación de alimentos con hielo? Si no es así, deberías empezar a hacerlos desde ya para que no tengas ningún problema con la comida congelada.