Estar enfermos es una de las cosas que más aborrecemos. Desafortunadamente, de vez en cuando, nos tenemos que enfrentar a este molesto escenario, lo queramos o no. Cuando eso sucede, el reposo puede que no sea suficiente. Nos vemos obligados a tomar medicamentos que, muchas veces, saben bastante mal.

Es decir, nos enfrentamos tanto a la enfermedad como a los desagradables medicamentos. ¿Cómo podemos sobrevivir a esta situación? Pues el hielo podría ser todo lo que necesitamos.

En ITV Ice Makers, queremos que nuestros lectores conozcan los grandes beneficios que el hielo puede aportar a sus vidas. Tener el hielo presente al momento de tomar medicamentos puede que no sea una idea tan popular. Pues debería y hoy te explicamos el por qué.

 

Cómo Utilizar el Hielo

Si estás por tomar alguna medicina de desagradable sabor y gusto, se recomienda utilizar cubitos de hielo en la boca. Con colocar el hielo sobre la lengua por un breve tiempo, estaremos “durmiendo” a las glándulas presentes en la zona. Las papilas gustativas se pueden desactivar gradualmente y por un breve tiempo cuando usamos hielo.

Nótese que algo muy similar pasa cuando se ingieren bebidas muy frías o cuando comemos helado. Por supuesto, el gusto no desaparece del todo, por lo que seguiremos percibiendo cierto sabor, especialmente cuando el medicamento tenga una concentración química muy elevada y su sabor sea extraordinariamente fuerte.

 

Uso del hielo para evitar lesiones

Tanto el calor como el frío suele usarse para tratar lesiones.

Se puede utilizar con compresión, elevación o refuerzo cuando se tratan lesiones severas. El hielo tiene efectos como que disminuye la circulación y adormece la piel. Sus beneficios son que disminuye el dolor, la inflamación y los calambres musculares.

No se debe abusar de hielo ya que un uso prolongado puede causar congelación. Por tanto, las formas correctas de aplicar hielo son con bolsas de hielo, baño de hielo y masaje con hielo.

 

Porque el hielo te ayuda cuando tomas medicamentos

 

Alternativas al Cubito de Hielo

Si no te parece muy buena idea meter un cubo de hielo entero en tu boca, hay varias opciones que puedes intentar. Por ejemplo, puedes tomar un vaso de agua y colocarlo en el congelador. Después de unos minutos, dependiendo de la temperatura del ambiente, del agua y del congelador, el agua debería estar bastante fría, justo antes de congelarse.

A esta temperatura, podemos tomar un sorbo suficientemente grande y mantenerlo en la boca hasta que sintamos que nuestras papilas gustativas han cedido frente al frío. Esto representa una alternativa sencilla al hielo pero que, aun así, no funciona tan rápidamente.

Otra alternativa, la cual es aún más amistosa, es la de comprar helado de paleta y comerlo. Además del gusto que nos daremos, hay que utilizar la paleta para dormir la lengua tanto como se pueda. Esto hay que hacerlo con paciencia. Es decir, sin comernos la paleta de forma inconsciente y rápida.

 

Ayudando a los Más Pequeños

Cuando hablamos de utilizar el hielo para ingerir medicamentos de desagradable sabor, lo primero que nos viene a la cabeza son los niños. Está comprobado científicamente que el desarrollo infantil influye enormemente en la capacidad de las papilas gustativas y sus preferencias frente a los sabores.

Lo que esto quiere decir es que los niños podrían ser más susceptibles a ciertos sabores fuertes, cosa que cambia con el desarrollo. Por ello, un niño de 3 años podría tolerar el sabor de un medicamento en particular y, años luego, podría no hacerlo.

Por ello, perfeccionar la técnica de dormir la lengua usando hielo es sumamente útil para los padres, quienes se desesperan cuando sus hijos no pueden tomarse las medicinas que necesitan.

En este aspecto, las emulsiones y los jarabes suelen ser los más complicados de ingerir. Por ello, además de apaciguar el gusto del niño, se puede dejar el medicamento unos minutos dentro del congelador y permitir que este se enfríe tanto como sea posible. Lo que esto logra, en muchísimos casos, es que el sabor del medicamento se reduzca significativamente mientras se mantenga frío.

Al reducir la capacidad de gusto del niño, se puede facilitar muchísimo el proceso de tomar los medicamentos, especialmente cuando se está enfermo y los sentidos están mucho más susceptibles.

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