Podemos decir que, en los últimos años, la tendencia del gelato está tomando mucha más fuerza en todo el mundo, popularizándose en lugares donde antes sencillamente se desconocía. Ahora mismo, la situación para ese delicioso dulce de origen italiano es muy diferente.
Sin embargo, aun cuando el gelato está disfrutando de una popularidad nunca antes experimentada, continúa vigente la duda más común con respecto a este postre: ¿en qué se diferencia el gelato con el helado?
Afortunadamente, en ITV Ice Makers, no solo somos fanáticos del hielo sino de todo lo que se le derive. Hoy hablaremos un poco sobre las diferencias más significativas entre el gelato y su contraparte de supuesto origen estadounidense, el helado cremoso que todos conocemos.
Concentración de Grasa
La primera diferencia que apuntan los conocedores está relacionada con la concentración de grasa en cada una de las presentaciones. Para tener una buena idea de esto, el gelato contiene de 3 a 10 por ciento de grasas. Por el otro lado, el helado, debido a razones que ya mencionaremos, se mantiene entre 14 y 17 por ciento de contenido graso.
De hecho, la FDA (Food and Drug Administration por sus siglas en inglés), organismo estadounidense encargado de las regulaciones en las industrias de la alimentación y los medicamentos, establece que los helados deben tener, como mínimo, un 10 por ciento en contenido de grasa. Dicha regulación, por supuesto, no existe para el gelato fabricado o importado al país.
Contenido de Aire en el Empaque
Todos odiamos cuando compramos, por ejemplo, una bolsa de patatas fritas y nos damos cuenta de que gran parte del empaque está lleno de aire y no de patatas. La reacción más común es sentirnos estafados, condenando a la empresa mientras ignoramos las razones detrás.
Lo mismo pasa con el helado. Cuando compramos un helado cremoso, nos encontramos con que parte significativa del envase está llena de aire y no de helado. Por supuesto, hay una buena razón para esto.
Durante el proceso de elaboración y envasado del helado, las máquinas inyectan aire mientras se vierte la crema, lo que permite aumentar fácilmente el volumen. Asimismo, el aire dentro del envase permite que el helado ceda sin problemas cuando intentamos removerle con la cuchara. De lo contrario, nos enfrentaríamos a una masa de crema congelada, casi imposible de servir.
En el caso del gelato, su envasado solo requiere un mínimo de aire, el cual permita servirlo sin demasiados problemas y que mantenga una estructura apropiada.
Texturas al Gusto
El punto anterior, sobre el contenido de aire, también tiene relación la textura final del postre. El helado, debido a su proceso de envasado, utiliza el aire para conseguir un mayor volumen, y con él, una textura única y cremosa que no encontraremos en ningún otro postre. Por supuesto, la elevada cantidad de aire no es la única responsable.
Durante la preparación, el helado se bate de forma rápida y energética, factor que se considera clave para conseguir resultados óptimos.
Con el gelato, pasa algo diferente. Primero está la cantidad de aire, que es exponencialmente menor en comparación con el helado. Pero, la velocidad del batido es mucho más importante aquí. La textura termina siendo así mucho más densa.
Temperatura de Servido
La última diferencia que podemos reseñar entre el gelato y el helado es la temperatura en el momento de servirlo y disfrutarlo. El helado se sirve menos frío, muy a pesar de que este se derrita más rápido.
Por el otro lado, el gelato se sirve bastante más frío, alrededor de -13 grados centígrados. Con esto se consigue una textura muy cremosa, a veces más cremosa que en el helado, esto a pesar de que el gelato no incluye crema de ningún tipo durante su preparación.